Los Cotorros era una banda de Hidalgo, vinculada a los Zetas, que usaba a las prostitutas para enganchar a las víctimas de secuestro.
La madrugada del 26 de marzo de 2009, Rosendo Hernández, alias La Cotorra, se despertó sobresaltado y se paró de la cama porque escuchó un ruido extraño en las afueras de la casa. Se asomó a una ventana, y salió de la habitación. Les gritó a los otros que estaban dentro de la vivienda que estaban rodeados por la policía. Nayeli, su pareja sentimental le preguntó qué pasaba pero no respondió.
La Cotorra se metió a otro cuarto, y a gritos, con tono de desesperación, llamó por teléfono a sus jefes -al parecer, al Mascafierros- y les pidió que le enviaran refuerzos. Nunca llegaron.
Mientras esto ocurría, Nayeli se asomó a la ventana y vio que la casa estaba rodeada por agentes armados de la Procuraduría General de la República (PGR). Entonces se encerró en un baño donde, instantes después se ocultó también La Hondureña, la otra mujer que estaba con Nayeli. Poco después comenzó un intercambio de balas entre La Cotorra y los federales, los cuales lanzaron gas lacrimógeno.
Tosiendo por los efectos del gas, y asustadas, las dos mujeres salieron del baño enmedio de la balacera; abrieron la puerta de la casa y salieron corriendo hacía donde estaban los agentes, quienes les hicieron la señal de que se tiraran al piso y se arrastraran hacía donde estaban ellos, mientras contestaban los disparos de La Cotorra, a quien luego de varios minutos lo abatieron.
Los demás criminales con los apodos El Dani, El Raza y El Gordo, tras rendirse, a gritos fueron sacados del lugar. Aunque no opusieron resistencia y pese a que en su declaración aseguraron que tuvieron "un trato cordial" por parte de los agentes, en las fotos que les tomaron para las fichas qué les elaboraron al ser ingresados a un penal federal, se muestran muy golpeados, con los ojos morados y los párpados hinchados.
Era la peligrosa banda de Los Cotorros, la cual tenía la "franquicia" de Los Zetas de Hidalgo -liderados en aquel entonces por El Mascafierros- para secuestrar, pedir rescate y asesinar a personas en esa región utilizando en algunos casos como "carnada" a sexoservidoras para perpetrar los levantones (secuestros).
El operativo policíaco de la extinta PGR se realizó en el rancho Don Goteay, en las afueras de la cabecera municipal de Huichapan, casi en los límites de Hidalgo con Querétaro.
De acuerdo con los expedientes del caso, cuyo contenido permaneció inédito hasta el día de hoy, el jefe de la banda Rosendo Hernández, conocido también con los alias de Rubén Ramos García, La Cotorra o El Diablo, fue el único que opuso resistencia y comenzó a disparar con un arma de alto poder a los federales para evitar ser capturado. Los agentes se vieron obligados a abatir a Rosendo cuyo rostro quedó totalmente desfigurado por las balas. Antes de morir, La Cotorra logró asesinar a uno de los agentes.
Comentarios
Publicar un comentario